Ensayo sobre el amor imposible

"El sustentarse amor sin esperanza,
Es fineza tan rara que quisiera
Saber si en algún pecho se ha hallado,
Que las más veces la desconfianza
Amortigua la llama que pudiera
Obligar con amar lo deseado,
Mas nunca tuve por dichoso estado
Amar bienes posibles,
Sino aquellos que son más imposibles,
A éstos ha de amar un alma osada,
Pues para más alteza fue criada"
AMARILIS

Releyendo estos versos me doy cuenta de cuan ingenuo puede parecer el amor en estos tiempos. Y sin embargo quien no se enamora, quien no cobija en el pecho algún amor imposible. Yo a mis trentaicinco me he vuelto a enamorar, como un chiquillo. Por si fuera poco de un imposible. La edad no es impedimento me han dicho. Si estás loco, no tienes dinero, deambulas por el mundo. No importa, el amor te librará de todos tus pesares. Quijotesco yo, decidí enfrentarme a esos molinos de viento. Y que recibí una golpiza. Jajaja.

Pero que hay detrás de mi desvarío. Me enamoré digo. Pero cómo, cuándo, por qué. Hombre racional como soy, no puedo simplemente dejarme arrastrar por un sentimiento que bien puede ser producto de mis conocidas falencias emocionales. Mi inteligencia emocional ha sido siempre un mito.

Auscultándome sin embargo descubro que sí, que sí amo. Reconozco mi culpa, y no escarmiento. Más tarde abrigo una esperanza. No importa de quién, cómo ni cuándo, menos aun por qué. Sólo la intensidad, la fe y la pasión. No hay mejor manera que darlo todo, y darlo todo implica a veces una renuncia, o dos o todas juntas.

Viéndolo bien no tiene porque haber conflicto entre el amar y el razonar. Todo lo contrario. La experiencia y la razón ayudan a creer. Y para amar no hay más remedio que creer, creer con todas nuestras fuerzas.

Amarilis, mi vieja amiga. Cuanta locura, cuanta magia en esos versos tuyos. No en vano ya eres inmortal.

Se que algunos dirán que estoy alucinando. Pero yo pienso más bien que el cinismo no tiene porque vencernos.

Tener ideales, luchar por imposibles. ¡Caramba ya parezco gerente de marketing! Y es que coincidentemente, ellos los del otro lado. Me refiero a los defensores del orden establecido. Han sido los que mejor han empleado las esperanzas, los sueños de la gente. Pero para qué. Pues para enriquecerse. Para emponderarse y dominar a las personas.

Pero porque nosotros no. Por qué nos servimos de las propias herramientas que el orden nos da. precisamente para cambiarle.

Que perdemos, nada, que podemos ganar pues todo. Amemos, creamos, pidamos lo imposible.