jueves, 15 de marzo de 2007

Poema en prosa

Cuando lei ese poema de Lucho que dice, "no mueras más con su añil claridad (...) volverás a amarte cuando escuches diez trombones con su añil claridad" pues me conmovió. Me hizo sentir que alguien también lo percibe. Que alguien también se da cuenta lo terrible que es vivir en una sociedad en que la estupidez es la norma. "Y escribió aquella música de su alma, que fue lo único que pudo, bajo un sol que no era el suyo, dar su amor". Bajo uno sol que no era el suyo, no no era el suyo, dar su amor. "No mueras más, bajo la noche no mueras". Yo no tengo esa finura de Lucho, es que el era más leido y yo apenas si he leido un poco y no soy cultivado. Más bien puedo decir que soy irónico. Porque soy pues más chusco. En fin lo cierto es que el tema del suicidio sigue estando presente y no por pose o por cobardía sino porque vivir en esta sociedad de mierda donde para tener que comer hay que esclavizarse pues siempre siempre se piensa. Por eso les digo muchachos "No mueran más" mejor lean lo que dice Turtle ya veran que hay alternativas. hay que sacarle la vuelta a esta gran tonteria que es nuestra civilizacion barbara.

EL LENTO Y COLOSAL SUICIDIO DE TURTLE KID

En la oficina tiene su sonrisa y su caparazón. Turtle Kid, el otrora fabricante de jabones, quien ahora rumia su incertidumbre sentado en una silla de material sintético. Sonríe con esfuerzo a los visitantes, a los colegas y claro también a su jefe que es un avestruz.

Turtle adquirió, nadie sabe como ni cuando, una extraña obsesión por acabar con su vida. No, no, es que no le guste ni nada por el estilo. El viernes último tomó dos o tres copas demás de cañazo, alcohol, o quien sabe que porquería. Recobró su locura y decidió abordar el primer vuelo a saturno, por la mañana, muy temprano.

Kid se encuentra completamente desasosegado desde que supo, contra toda esperanza y por fuentes demasiado confiables que la luna es redonda como una bola de queso y que los zapatos no son los seres cariñosos, preocupados únicamente en abrigar nuestros pies, que aparentan.

El otro día el huamanguino sorprendió a Turtle masturbándose a dos manos sobre el lavado del baño de señoras. ¡Pobre Turtle! Ya no puede mirar a los ojos de ninguna señora.

Como todo mitómano, Turtle nunca pudo dudar de cosa alguna. Está convencido de que todo es verdad, de que la vida no es una mentira.

Ha decidido abandonar este lugar, pero siendo el cobarde compulsivo que es se da perfecta cuenta de que no podrá matarse. Por ello ha ideado una forma de morir un poco extraña. ¡Ya está muerto! Locamente ríe cuando alguien lo trata como si aun estuviese vivo. Se palmotea alegre los omóplatos y no puede evitar proferir estridentes carcajadas. Entonces todos se le quedan mirando, pero torpes, no se dan cuenta que el ya se murió.





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